Debido a que el cerebro controla muchas funciones tales como el movimiento, sensaciones, pensamientos y comportamientos, puede que padezca una o más de las siguientes alteraciones, dependiendo del área del cerebro afectada:

• Hemiparesia (debilidad en un lado del cuerpo) o hemiplejia (parálisis de un lado del cuerpo).
• Afasia (dificultades con el habla y lenguaje) o disfagia (dificultad para tragar).
• Disminución del campo visual y de la percepción visual.
• Cambios cognitivos (problemas de juicio o memoria, solución de problemas, etc.).
• Pérdida de control de las emociones y cambios de humor.
• Cambios de conducta (en la personalidad o en el lenguaje, acciones inapropiadas).

El Ataque Isquémico Transitorio (AIT) se trata de un bloqueo temporal, y generalmente leve, del flujo de la sangre al cerebro, con síntomas similares a los de un ictus. Suelen durar de minutos a horas, no generan daño permanente y el paciente tiene una recuperación casi inmediata. Aunque no cursan con más consecuencias, los AIT son graves porque son una señal de advertencia de padecer un ictus “de verdad”. Es decir, si no se hace nada al respecto (medicación, cambios en el estilo de vida, etc.), con casi total seguridad el paciente padecerá un ictus “de verdad” en un futuro próximo, con todas las consecuencias que ello comporta.

En general, pueden ocurrir tres cosas:

• Recuperación casi inmediata, en minutos o horas (solo en el caso de los Ataques Isquémicos Transitorios).
• Recuperación total o parcial, en semanas o meses.
• Empeoramiento de la sintomatología neurológica o de otras complicaciones tales como fiebre, infecciones, insuficiencia cardíaca, etc. En ocasiones, estas complicaciones pueden incluso producir la muerte del paciente.

Durante tu estancia en el hospital se te realizará:

• Diagnóstico rápido y preciso de la causa y gravedad de tu enfermedad
• Medidas necesarias para tratar la enfermedad y conseguir tu estabilización y recuperación
• Consejos para que tú y tu familia podáis afrontar la nueva situación
• Tratamiento de la enfermedad para conseguir que recuperes cuanto antes las condiciones de vida habituales.

Es muy importante que el diagnóstico y tratamiento del ictus se inicie durante las 3 primeras horas, ya que muchos de los medicamentos anticoagulantes usados en estos casos solo son realmente útiles durante estas primeras 3 horas. Además, cuanto menos tiempo esté el cerebro sin flujo de sangre y oxígeno, menos daños permanentes habrá.

Lo más importante es controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar recaídas, tales como la presión arterial, el azúcar, el colesterol y no fumar. Existen diversos medicamentos que también te pueden ayudar, como los antiagregantes plaquetarios o los anticoagulantes orales que – si son adecuados en tu caso - tu médico te recetará.

Aunque en las primeras semanas es frecuente observar una disminución de la libido, al cabo de unos meses se suele recuperarla sexualidad habitual. En cualquier caso, consulta con tu médico para aclarar cualquier duda.

Sí. El ictus es un episodio muy grave y potencialmente letal en el que no existe flujo de sangre al cerebro, por lo que, si es extenso y no se revierte, puede causar la muerte al cabo de pocos minutos.

Discapnet. Ictus - Qué hacer después de un Ictus o AVC . Disponible en: https://www.discapnet.es/areas-tematicas/salud/recursos/faqs/ictus-que-hacer-despues-de-un-ictus-o-avc