Conceptos clave
Afasia: dificultad para hablar o entender el lenguaje.
Antiagregantes plaquetarios: fármacos que evitan que las plaquetas se adhieran entre sí y formen un conglomerado que dificulte la circulación de la sangre. Por tanto, tienen una función parecida a los anticoagulantes.
Anticoagulantes: medicamentos que reducen la capacidad de la sangre para coagularse, es decir, que hacen que la sangre tarde más tiempo en coagularse. De este modo se reduce el riesgo de que ocurran eventos como un ictus o una trombosis venosa.
Ataque Isquémico Transitorio: bloqueo temporal y breve del flujo de sangre al cerebro, con síntomas similares a los del ictus pero que se recuperan de forma casi inmediata sin dejar daños permanentes o secuelas. Se considera una señal de advertencia. Indica que un ictus “de verdad” puede suceder en cualquier momento y que, por lo tanto, se deben tomar medidas inmediatas para evitarlo.
Coagulación: proceso natural que utiliza el organismo para detener la salida de sangre (por ejemplo, en una herida) y evitar el desangramiento.
Coágulo: acumulación de plaquetas y fibrina que bloquean la circulación de la sangre.
Cognitivo: todo lo que hace referencia al procesamiento de la información por el cerebro, por ejemplo: el aprendizaje, la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones o los sentimientos.
Colesterol: sustancia grasa que forma parte de las membranas de muchas células animales y que se encuentra también en el plasma sanguíneo. En cantidades normales, es esencial para la vida.
Colesterol “malo”: llamado también “colesterol LDL”, este tipo de colesterol tiende a provocar arteriosclerosis, es decir, la formación de placas de ateroma en la pared de las arterias que entorpecen la circulación y contribuyen a la aparición de trombos (coágulos).
Colesterol “bueno”: llamado también “colesterol HDL”, este tipo de colesterol tiende a bajar los niveles de colesterol “malo” y por tanto tiene una función protectora cardiovascular.
Deambulación: actividad por la cual el individuo (después de estar relativamente inmóvil durante un período largo de tiempo) camina y pasea por un espacio determinado (en un avión, tren, un pasillo, etc.) para mantener la sangre en movimiento y evitar posibles eventos tromboembólicos.
Diagnóstico: proceso por el cual un médico, mediante preguntas, pruebas, revisiones y exámenes (entre otras cosas) determina cuál es la enfermedad de un paciente.
Disfagia: dificultad para tragar.
Enfermedad aguda: enfermedad de corta duración que tiene un inicio y un fin claramente definidos, independientemente de su gravedad.
Enfermedad crónica: enfermedad de larga duración y, por lo general, de progresión lenta, que suele necesitar tratamiento de forma regular y constante para reducir las complicaciones y proporcionar mejor calidad de vida al paciente.
Enfermedad tromboembólica venosa: enfermedad en la cual se forma un coágulo en el interior de una vena profunda, que puede crecer o fragmentarse y desplazarse, y que interrumpe el flujo de sangre.
Eritrocitos: ver “Glóbulos rojos”.
Espasticidad: patología por la cual los músculos se contraen o mueven de manera involuntaria y quedan extremadamente rígidos.
Estilo de vida: actividades y costumbres que tiene una persona a lo largo de su vida, y que incluye hábitos nutricionales, de actividad física, e incluso de hábitos tóxicos (fumar, alcohol), entre otros.
Factores de riesgo: factores que favorecen el desarrollo de una enfermedad, como, por ejemplo: la edad, los hábitos nutricionales, la actividad física, la genética.
Fibrilación auricular: arritmia cardíaca que se caracteriza por contracciones rápidas e irregulares del corazón, que no siguen un ritmo regular y que puede provocar síntomas tales como taquicardia, palpitaciones o mareos. Esta arritmia aumenta el riesgo de padecer un ictus a largo plazo.
Glóbulos blancos: células sanguíneas del sistema inmunitario que se encargan de la defensa del organismo frente a patógenos tales como bacterias o virus.
Glóbulos rojos: células sanguíneas encargadas de llevar el oxígeno a todos los tejidos y órganos. Son los que le dan el color rojo a la sangre.
Hemiparesia: debilidad en un lado del cuerpo.
Hemiplejia: parálisis en un lado del cuerpo.
Hipertensión arterial: enfermedad por la cual la presión o tensión arterial se encuentra elevada, por encima de los límites considerados normales, lo que aumenta el riesgo de otras patologías cardiovasculares.
Ictus: evento por el cual un coágulo (trombo) interrumpe el flujo de sangre al cerebro, provocando una falta de oxígeno y nutrientes y diversas consecuencias según la zona afectada.
Leucocitos: ver “Glóbulos blancos”.
Linfocitos: ver “Glóbulos blancos”.
Obesidad: trastorno o enfermedad que se caracteriza por un exceso de grasa en el cuerpo.
Paroxístico: que ocurre de manera intermitente.
Placa aterosclerótica: ver “Placa de ateroma”.
Placa de ateroma: lesión de la pared de la arteria en la cual se acumulan células muertas y colesterol “malo” (LDL), reduciendo el flujo de sangre y aumentando el riesgo de provocar un trombo o coágulo.
Plaquetas: células sanguíneas cuya función esencial es contribuir a la coagulación para frenar la pérdida de sangre.
Plasma sanguíneo: es la parte líquida de la sangre, dentro de la cual circulan las células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Es de color amarillento y está compuesto principalmente por agua (95%) y por nutrientes como glucosa, grasas, proteínas, minerales, aminoácidos y sal.
Prognosis: ver “Pronóstico”.
Pronóstico: predicción sobre cómo se desarrollará una enfermedad en el futuro, es decir, si mejorará o empeorará, en base a los datos y conocimientos actuales. Una enfermedad puede tener un buen o mal pronóstico.
Rehabilitación: conjunto de medidas destinadas a que un paciente recupere las capacidades y funciones esenciales (movilidad, cuidado personal, comunicación, …) que tenía antes de un evento (ictus, accidente, etc.) de la manera más rápida y eficaz posible.
Sedentarismo: estilo de vida en el que hay muy poca actividad física y el individuo pasa la mayoría del tiempo sentado (en el sofá, silla de trabajo, etc.) o inactivo.
Síndrome postrombótico: complicación que se produce después de trombosis venosa profunda como consecuencia de los daños que ha ocasionado el coágulo en las válvulas de las venas, lo que provoca una insuficiencia venosa crónica, conocida popularmente como “mala circulación en las piernas”, con aparición de edema, dilatación venosa (varices) y cambio de coloración de la piel.
Tensiómetro: aparato que sirve para tomar la presión arterial en casa de manera cómoda y sencilla.
Trombo: ver “Coágulo”.
Tromboembolismo pulmonar: proceso derivado de una trombosis venosa profunda por la que el coágulo o trombo viaja hasta los pulmones donde bloquea el flujo sanguíneo de alguna arteria y daña los pulmones, lo que a su vez puede provocar problemas respiratorios graves.
Trombosis venosa profunda: tipo de enfermedad tromboembólica por la que se forma un coágulo en una vena profunda (por ejemplo: de una pierna), provocando la interrupción del flujo de sangre y provocando varias complicaciones.
DAB1879.03.2021